martes, 21 de febrero de 2012

Criminals are saints.#

Recuerda de lo que estás hecho, ten en cuenta siempre lo que eres. Recuerda de dónde vienes, no pienses a dónde ir. Puede ser que te saques los ojos intentando ver, puede ser que te quites la vida intentando vivirla. Nadie sabe de nada, y todos sabemos de todo. Cuando miro a alguien, sea quien sea, me pregunto si podría llegar a entender su manera de pensar, su forma de ser. Me desconcierta, no poder penetrar en las mentes ajenas a mi, no saber lo que estás pensando ahora mismo. Intento descubrirlo con viejos trucos estúpidos, como mirarte a los ojos para intentar saber cómo te sientes. Pero no soy capaz. ¿Tienes miedo o pretendes dármelo? ¿Es frío o calor lo que desprendes mirándome así? En realidad, no es una necesidad el leer tus pensamientos, es más bien una curiosidad, como la de un niño que quiere meter los dedos en un enchufe. Y me ves, después de saber esto, me ves, pero no me miras. Al menos no como lo hacías antes de saber esta verdad. No puedes creer que dentro de mi fachada se esconda algo tan desconocido para ti y a la vez tan conocido. Obviedades que ignoraste de mi, eran la clave para conocerme en realidad. ¿Y ahora? Aquí estás. Atado frente a mi. Ves mis ojos, claros y grisáceos. Mi media melena rojiza. Ves mis 4 pendientes, mis dientes amarillos rodeados por mis labios rosados, sonriendo. Me ves, sabes quien soy. Pero, a la vez, soy una desconocida. ¿O no? ¿Fui yo durante todos estes años realmente? ¿O solamente ahora soy yo? ¿Cuál es el impostor, el pasado o el presente? La respuesta no es ninguna de las opciones. Te diré que, es el futuro. Es futuro del pasado, nada más que eso es el presente. Es una agonía constante. Piensas que tu castigo está por llegar, y eso es lo que te está haciendo sufrir. Deseas que tu fin llegue ya, que el futuro pase de una vez por todas. ¿Quién puede esperar a saber lo que va a pasar mañana? Maldita sea, todos daríamos más que lo material que poseemos por conocer a ciencia cierta un segundo del día de mañana. Por saber si nuestros hijos estarán bien, por saber si nos irá bien en el trabajo, por saber si todo irá bien. Por eso deseas tu fin, quieres que se pase todo esto para que tu castigo caiga sobre ti de una vez. ¿Pero, te planteaste alguna vez que tu verdadero castigo sea este? La agonía del momento en el que estás eternamente atrapado, no puedes escapar aunque lo desees; ese es realmente tu castigo. Quieres parar, escaparte, descansar. Y sin embargo, cada segundo que pasa está encadenado al siguiente, no puedes pausar tu vida. Lo siento, amor, las reglas son así, y no puedes escoger entre cumplirlas o saltártelas. Básicamente, porque hagas lo que hagas, siempre será igual.

No quieras engañar al propio engaño, no puedes mentirle a una mentira.

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