La necesidad de lastimarme.

Valorar lo que tenemos siempre es posible cuando desaparece todo.

Tengo que quedarme desnuda, sola, sin nada ni nadie. Automutilarme, por dentro y por fuera. Necesito sufrir, llevarlo al extremo, para poder descansar tranquila y no echar nada a perder eternamente. Y luego regresar, regresar y ver todo lo que quiero y necesito, todo lo que amo y anhelé cuando estaba en la oscuridad más fría y solitaria. Aun que he de reconocer que tengo miedo de no poder retomar mi vida sin cicatrices, temo los cambios que mi pequeña desaparición provoque. Simplemente quiero eso, cerrar los ojos y aparecer sola, en la oscuridad, y hacerme todo el daño posible antes de provocarme la muerte de todas las maneras posibles. Y que en el mundo real, nadie notara mi desaparición. Cuando me hiciera el suficiente daño, aparecería de nuevo, valorando lo que amo, y todo volvería a una normalidad que no existió.

No existió nunca.

Entrada explicativa de mi felicidad espontánea.

Este fin de semana experimenté uno de los momentos más felices de toda mi vida. En un concierto (qué raro xD) y a decir verdad, fue algo más que increíble.

Todo esto empezó con un concierto de Crying Wolves, TrollfesT y Korpiklaani. Dos de mis grupos favoritos eses últimos, era obligatorio ir a verlos. Ya en Crying Wolves me lo pasé me miedo, cuanto más en TrollfesT, donde disfruté como una enana y, en el cual, me puse hasta nerviosa porque Mr. Seidel me miraba y sonreía, y bien sabe dios lo que a mi ese hombre me encanta. Luego Korpiklaani, conciertaco en cual reí, canté, grité, salté, vamos, me lo pasé de miedo. Acabara el concierto y yo pensé que hasta ahí llegaba todo, cuando camino a la puerta, el mismísimo Mr. Seidel me para, me abraza y me dice al oído '¿Te lo pasaste bien?'. Y yo OBVIAMENTE con cara de no me lo creo, respondí que sí, mucho. Nos echamos unas risas, estaba eufórica por aquel tío, cuando me dice que quiere venirse de fiesta con nosotros. Ahí ya fue el desmadre padre. Esperamos fuera, y salió Mr. Seidel a pedir 2 minutos más. Como no, me buscó a mi para decírmelo. En esto que sale con el bajista de Korpiklaani y un paquete gigante de cervezas, para nosotros. Todos flipando, claro, y cogimos birras a más no poder. Cuando me doy la vuelta y veo a Mr. Seidel mirándome, sonriendo y me levanta su cerveza para chocarla, me hizo ilusión y todo xD. Choqué, y yo acabé la primera birra (de la cual conservo la lata aún, en casa la tengo xD) y él me miró con cara de susto y admitió que flipó al verme beber tan rápido la cerveza, y que le encantaba. Ahí ya me pude morir de hamor<3. Empezamos a caminar hacia la TNT, cantando, bailando, gritando, echándonos unas risas... Vamos, en el puto Valhala me encontraba yo. Y recordé que el puto guitarrista estaba mirando el colgante que tenía entre las tetas, el del viejo, y que lo pillé mirándome al puto pecho, y el tío solamente supo reír xD. Pues cogí el colgante, y le dije que era uno de mis favoritos, que no quería perderlo y se lo puse en la mano. Se paró en seco, y me dijo 'No, es demasiado, tía, demasiado' pero acabó aceptándolo, y nada más enrroscárselo, fue a enseñárselo a todos sus compañeros gritando. No sin antes darme un abrazo en el cual morí otra vez xDDD.

Y así fue la noche, algo increíble sin más. Fotos con todo Korpiklaani, con todo TrollfesT, banderas, entradas firmadas, recuerdos increíbles y una experiencia única. Espero volver a ver a eses tíos, de veras me encantaría verlos una vez más, y poder pasar otro rato perfecto con gente perfecta.

De eses días en los que te despiertas y no quieres levantarte. Te encoges, te quedas hecho un nudo, apretándote, comprimiéndote en cama. Y no quieres salir. Estas tan apretado y a la vez tan suelto... Suelto porque falta algo. Y que quema. Me faltas tú. Y eso me quema más. Me hiere, me quema por dentro más que nada. Me siento vacía, sin fuerzas, sin aire para respirar. No tengo ni ganas de vivir. Existo, lastimada, sin poder hacer nada. Estoy tan dolida que no puedo ni remediarlo, y cuanto más tiempo pasa, más impotencia es la que siento. Intento rellenar la falta que tengo con todo lo que puedo, y sigo sin poder. Es una jodida enfermedad que ni tiene nombre ni cura. Es una enfermedad que consiste en no ser nada ni nadie. En dejar el tiempo correr. Solamente estar rodeado de dolor y nostalgia. Y no ser capaz de sentir nada más. Es querer levantarse pensando 'Otro maravilloso día a su lado' sin tener que ser consciente de que es mentira. Es usar el último aliento que te queda para decir que estás bien, que solo tienes sueño o qué se yo, que no quieres sopa. 

Y acabarte, sin más, desintegrarte.

Estoy un poco rota, pequeño. Un poco demasiado, quizá no valga la pena repararme, quizá sea mejor que me tires y compres una nueva. Doy mucho la lata con mis averías, pero no es siempre mi culpa cuando me estropeo por dentro. A veces son daños irreversibles, cosas irreparables; pero intento ignorarlas para no hacerte daño a ti, explicándote el mal estado en el que estoy. Amor, te echo de menos, y deberías saberlo. Cada día me acuerdo de ti, de tus dulces palabras resonando en mi oído, de tus te quiero, tus 'Jo, Lú...' y tus estupideces. ¿Cómo voy a olvidarte yo ahora? Me resulta tan imposible imaginar que no existes...

No olvides nunca todo lo que te debo.

Algún día te devolveré la vida, tal como tú a mi me la diste.