No es un mal día, Es una mala vida. #

Un día le prometí el cielo, y la tierra, y lo que está bajo ella. Le prometí mis días, mis noches, mis sonrisas, le prometí mis ojos, mis gafas, le prometí mi pelo rojo teñido. Le juré que tendría dos niños con él, una pareja. No fue en vano. Lo hice porque era lo que me correspondía. Y me sigue correspondiendo. Hace nada, le prometí que le haría una entrada más. Alegué que, no lo hice antes, por mor de mi vagancia. El villano al que se lo dije no sabía que mentía. No sabía nada de nada. No sabe que, casi todas las noches, antes de dormirme, pienso en el bien que me haría derramar lágrimas sobre su hombro en vez de sobre mi almohada, fría. No le conté nunca la impotencia que siento cada vez que veo uno de sus mensajes, o un simple comentario suyo. No le expliqué que, el príncipe al que un día amé, me echó en cara el no saber querer y el hecho de que al no poder hacerlo feliz a él, tampoco lo lograría con mi villano. Nunca le conté la contraportada del cuento. No sé si lo recuerda, pero una vez nos dijimos que nos perderíamos en medio de un bosque, y viviríamos allí, el uno del otro. Lo que le digo ahora es que, pase lo que pase, mi palabra sigue en pié. Nada, ni nadie podrá cambiarlo. Porque es mi villano, y lo quiero más que a nada, más que a nadie. Aunque a veces no se lo demuestre, para mi no es fácil hacerlo, menos en mis condiciones. Pero él sabe que lo adoro, que adoro su vocecilla, que adoro cuando por las noches me pone 'Hola princesa<3', que adoro cuando me dice esas cosas que solo él sabe decirme. Que lo adoro a él. Villano, lo prometido. Te debo mi vida, y voy a pagártela, sea como sea, cueste lo que cueste.

I promess you.

Idiotas, villanos, princesas y gafosos.

Me paro a pensar cada día en como lo hace. Le resulta tan fácil decirme que me ama, y expresarlo... A mi no, Cuando pienso en él, me quedo sin palabras. De hecho, literalmente. No puedo hablar si pienso en él, le doy toda mi atención, y más también. La gente me llamará loca, pero ellos no sienten lo mismo que yo. Cada vez que promete venir a buscarme y llevarme lejos, el villano y la princesa... Se me va acelerando el corazón, cada vez que me habla. Pienso en él, a cada instante. Sueño con él. Solo existe él.

Solo él.

A lo que me voy a referir, no sé si es exactamente al amor. Es despertarse, con la puta alarma, y ver de fondo de pantalla una mano que pone 'I walk beside you' que te encantaría estar agarrando. Es sentirte completamente vacía y sola por no poder abrazar. agarrar, besar, hacer lo que sea con quien más amas en el putísimo universo. Sí, me refiero a esa persona en la que no puedes parar de pensar, que está metida en tu mente las 24h del puto día. Y me siento tan... incompleta, sin poder estar a su lado... Sin poder reírme de sus tonterías, sin poder traducir Forsaken en francés, sin poder decirle 'nope' para que se me enfurruñe todo y hacer que se le pase con un abrazo y besándolo. Sin poder levantarme con la esperanza de verlo, ¿ sabéis lo que es eso? Amar a alguien que ni siquiera puedes abrazar cuando te da la gana, te hace pudrirte por dentro. Lo peor, es estar pensando en él. Es que, no exagero nada, son las 24 horas del día. De los 7 días de la semana. De todas las semanas, de todos los meses, de todos los años. Es una cosa que me hace morirme, soñar con quien amas, pensar en quien amas y no poder estrujarlo entre tus brazos.
¿ Sabéis? Me saca una sonrisa tonta, y aunque sea demasiado cursi admitirlo, a veces hasta unas lágrimas, cuando me habla. Cuando me dice 'princesa'. Cuando me regala su vida sin nada más a cambio que la mía. ¿Cómo no se la voy a dar? Se supone que es el hombre de mi vida, en sus manos es donde mejor puede estar. Adoro cuando me habla por tuenti, y cuando me dedica sus entradas todas preciosas y cursis que me encantan. Adoro cuando me dice guapa en las fotos, adoro cuando me despierto y veo un mensaje suyo diciendo que espera que pase un buen día y que me quiere.
Le prometí mi vida, y no fue en vano. Mi vida es suya de verdad. Moriría feliz a su lado, en su regazo, moriría tranquila. No quiero nada más que un abrazo suyo, que me diga al oído muy bajito muy bajito que me quiere más que a nada. No quiero ninguna otra cosa que no sea él.
Miguel, que me quiero perder contigo en un puto bosque, y que no pase el tiempo. Que nuestros días y nuestras noches sean en vano, quiero hacerte feliz bajo todas las cosas de este mundo. No sé ni como coño lo conseguiste, pero me hiciste amarte tanto, aunque tú no lo sepas...
Siempre. ¿Me escuchas? Siempre.