El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no es jactancioso, no se engríe; es decoroso; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia. Pero el amor no acabará jamás.
Siempre que no busco nada en concreto es cuando me encuentro con lo mejor que tengo y conozco. Mala hostia, melómana, odio la gente pero me gustan las personas. Sarcasmo, idiotez, pasotismo, asesina del romanticismo. Y este blog, es solamente una cura para atacar contra mis tumores llamados 'sentimientos'.
martes, 29 de noviembre de 2011
domingo, 27 de noviembre de 2011
Leave no trace. #
Amor, yo te vivo. Yo te pienso como si fueras mi respirar. Porque, realmente, lo eres. ♥
domingo, 20 de noviembre de 2011
Pretendientes del pretender ser otra persona. #
Nunca nada igual a esto me había sucedido. El que me confundan a lo lejos con el amago de otro ser. No, es inconcebible para mi. No soy nada más, ni nadie más que yo. Me gustaría conocer la mente humana y poder juzgar mi comportamiento y el de los demás para entenderlo. Pero, como no lo comprendo, simplemente divulgaré estúpidamente sobre lo que ronda mi mente desde hace horas, sin cesar.
No tengo miedo. Lo que tenga que venir, que venga, lo afrontaré como pueda. No tengo muchos respaldos, pero mis puntos de apoyo son inmejorables, únicos. No creo que exista nada que pueda derribarme. E simplemente imposible, no tiene sentido. ¿Porqué va a derribarme algo que, con el simple hecho de querer hacerlo, está demostrando más mediocridad de la que mi ser resguarda? No puede hacerlo, no puede conmigo. Ni siquiera mis ideas pueden conmigo. Y no me refiero a mis ideas como a esas ocurrencias salidas de la nada que yo tengo, si no a esas cosas estúpidas que se me ocurre pensar a veces. Siempre son cosas que provienen de algo externo a mi. Como la idea de intentar ser otra persona. ¿Porqué iba a hacerlo? Yo soy yo, y desde mi punto de vista, no hay nadie más como yo. Ni como nadie. Por eso mismo soy partidaria de que cada uno sea como quiera. No niego que, inconscientemente, pueda querer parecerme a algo o alguien en concreto. Pero son extrañas coincidencias. Ser yo es lo que me hace ser eso, yo. Y llego a entender que, si no fuera yo, esta no sería mi vida. Pero, ¿realmente lo es? Muchas veces me hice esa pregunta. ¿Es realmente esta vida mía? A veces me decanto por un sí. ¿De quién va a ser si no? Pero por otra banda, está el no. Si mi vida es mía, ¿porqué no hago realmente con ella lo que me da la gana? La verdad, es que creo que le debo mi vida a muchas cosas. Pequeñas cosas como andar bajo la lluvia o un abrazo de quien más quiero, esas cosas son las que mandan en mi vida, las que me enseñan que es mía pero que no la puedo mandar a la mierda porque sí, porque en el fondo es parte de una cadena. Una cadena de la que entendí que SOY YO, quien forma parte. Y no otra persona. Por eso quiero dejar claro hoy, y ahora, que todo lo que haga, es por mi, y por nadie ni nada más, al fin y al cabo. Porque, si haces algo bueno para los demás, sacas tu beneficio propio, el sentirte bien, ¿no? Por eso mismo, no tengo miedo. Porque sé que puedo soportarlo todo, con mis apoyos cruciales. Y no me hace falta nada ni nadie más. Lo que tengo es más que suficiente, siempre lo fue, tanto como para darme cuenta de que si me quieren a mi, es a mi, y no a otro error de la naturaleza aunque sea mil veces mejor que yo. Y por eso, todo lo que haga, son simples evoluciones de los planos que yo sola construyo en mi retorcida mente. No son modificaciones tapando intentos de mejora de personificación. Simplemente soy yo. Sin miedo, a sabiendas, y con las típicas dudas existenciales. Pero yo, al fin y al cabo.

Pretendientes del pretender ser otra persona. #
Nunca nada igual a esto me había sucedido. El que me confundan a lo lejos con el amago de otro ser. No, es inconcebible para mi. No soy nada más, ni nadie más que yo. Me gustaría conocer la mente humana y poder juzgar mi comportamiento y el de los demás para entenderlo. Pero, como no lo comprendo, simplemente divulgaré estúpidamente sobre lo que ronda mi mente desde hace horas, sin cesar.
No tengo miedo. Lo que tenga que venir, que venga, lo afrontaré como pueda. No tengo muchos respaldos, pero mis puntos de apoyo son inmejorables, únicos. No creo que exista nada que pueda derribarme. E simplemente imposible, no tiene sentido. ¿Porqué va a derribarme algo que, con el simple hecho de querer hacerlo, está demostrando más mediocridad de la que mi ser resguarda? No puede hacerlo, no puede conmigo. Ni siquiera mis ideas pueden conmigo. Y no me refiero a mis ideas como a esas ocurrencias salidas de la nada que yo tengo, si no a esas cosas estúpidas que se me ocurre pensar a veces. Siempre son cosas que provienen de algo externo a mi. Como la idea de intentar ser otra persona. ¿Porqué iba a hacerlo? Yo soy yo, y desde mi punto de vista, no hay nadie más como yo. Ni como nadie. Por eso mismo soy partidaria de que cada uno sea como quiera. No niego que, inconscientemente, pueda querer parecerme a algo o alguien en concreto. Pero son extrañas coincidencias. Ser yo es lo que me hace ser eso, yo. Y llego a entender que, si no fuera yo, esta no sería mi vida. Pero, ¿realmente lo es? Muchas veces me hice esa pregunta. ¿Es realmente esta vida mía? A veces me decanto por un sí. ¿De quién va a ser si no? Pero por otra banda, está el no. Si mi vida es mía, ¿porqué no hago realmente con ella lo que me da la gana? La verdad, es que creo que le debo mi vida a muchas cosas. Pequeñas cosas como andar bajo la lluvia o un abrazo de quien más quiero, esas cosas son las que mandan en mi vida, las que me enseñan que es mía pero que no la puedo mandar a la mierda porque sí, porque en el fondo es parte de una cadena. Una cadena de la que entendí que SOY YO, quien forma parte. Y no otra persona. Por eso quiero dejar claro hoy, y ahora, que todo lo que haga, es por mi, y por nadie ni nada más, al fin y al cabo. Porque, si haces algo bueno para los demás, sacas tu beneficio propio, el sentirte bien, ¿no? Por eso mismo, no tengo miedo. Porque sé que puedo soportarlo todo, con mis apoyos cruciales. Y no me hace falta nada ni nadie más.

No tengo miedo. Lo que tenga que venir, que venga, lo afrontaré como pueda. No tengo muchos respaldos, pero mis puntos de apoyo son inmejorables, únicos. No creo que exista nada que pueda derribarme. E simplemente imposible, no tiene sentido. ¿Porqué va a derribarme algo que, con el simple hecho de querer hacerlo, está demostrando más mediocridad de la que mi ser resguarda? No puede hacerlo, no puede conmigo. Ni siquiera mis ideas pueden conmigo. Y no me refiero a mis ideas como a esas ocurrencias salidas de la nada que yo tengo, si no a esas cosas estúpidas que se me ocurre pensar a veces. Siempre son cosas que provienen de algo externo a mi. Como la idea de intentar ser otra persona. ¿Porqué iba a hacerlo? Yo soy yo, y desde mi punto de vista, no hay nadie más como yo. Ni como nadie. Por eso mismo soy partidaria de que cada uno sea como quiera. No niego que, inconscientemente, pueda querer parecerme a algo o alguien en concreto. Pero son extrañas coincidencias. Ser yo es lo que me hace ser eso, yo. Y llego a entender que, si no fuera yo, esta no sería mi vida. Pero, ¿realmente lo es? Muchas veces me hice esa pregunta. ¿Es realmente esta vida mía? A veces me decanto por un sí. ¿De quién va a ser si no? Pero por otra banda, está el no. Si mi vida es mía, ¿porqué no hago realmente con ella lo que me da la gana? La verdad, es que creo que le debo mi vida a muchas cosas. Pequeñas cosas como andar bajo la lluvia o un abrazo de quien más quiero, esas cosas son las que mandan en mi vida, las que me enseñan que es mía pero que no la puedo mandar a la mierda porque sí, porque en el fondo es parte de una cadena. Una cadena de la que entendí que SOY YO, quien forma parte. Y no otra persona. Por eso quiero dejar claro hoy, y ahora, que todo lo que haga, es por mi, y por nadie ni nada más, al fin y al cabo. Porque, si haces algo bueno para los demás, sacas tu beneficio propio, el sentirte bien, ¿no? Por eso mismo, no tengo miedo. Porque sé que puedo soportarlo todo, con mis apoyos cruciales. Y no me hace falta nada ni nadie más.

Suscribirse a:
Comentarios (Atom)